miércoles, 21 de diciembre de 2011

La Navidad

Ya estamos a día 21, cada vez más cerca el día de navidad. Aquí celebramos nochebuena cenando con la familia de mi chico, luego Navidad en la que viene Papa Noel a traer regalitos a los niños (y a veces también a los mayores), luego viene nochevieja que cenaremos con mis padres, tomaremos las uvas y saldremos a celebrar el fin de año, año nuevo y el día de reyes que tomaremos roscón, abriremos más regalos y jugaremos.
Este año hemos estado contando los días con el calendario de adviento, Alejandro está super emocionado con que se acerquen estas fechas, y esa emoción me la transmite a mi. Hace unos años, antes de estar embarazada, a mi la navidad ya me daba un poco igual, ya había perdido la ilusión, no me apetecía ir a ver adornos, ni luces ni nada por el estilo. La magia la había perdido por completo, encima nochevieja consistía en pagar 50 euros en algún sitio para pasar una noche igual que muchas otras del año y teniendo que aguantar sí o sí hasta la mañana, tomarte un chocolate calentito e irte con dolor de pies a casa. 
Pero el mismo año de quedarme embarazada algo había empezado a cambiar, y es que mis padres compraron ropita a mi bebé y al levantarme por la mañana y ver los regalos me encantó ver que ellos también estaban ilusionados con su llegada.
El siguiente año ya había nacido mi hijo pero la verdad que no andaba yo en un buen año, le compré con ilusión sus regalos, le vestí de papa noel, y ya la navidad empezaba a significar algo más para mi pero justo ese año no es que fuese de los mejores porque yo tenía la cabeza en otras cosas.
Y por fin llegó el siguiente año, mi niño tenía ya un añito y medio, fuimos a ver las luces de navidad, los puestos que ponen en la calle, nos ayudó a poner el árbol, le llevé a mirar juguetes para ver cuales le podían gustar más... nochevieja era mi celebración de cambio de año, cambio de etapa, dejando atrás un año que no me gustó nada y estuve en compañía de mi chico toda la noche y todo año nuevo, el niño ya abría los regalos con algo más de ilusión aunque sin saber todavía porqué de repente ese día había regalos debajo del árbol, y en general fueron unas navidades con cosas por celebrar e ilusiones, cosa que las anteriores no había tenido. 
Un año después el niño seguía sin comprender del todo que fuesen a venir los reyes magos y papa noel, pero poníamos villancicos, tocaba la pandereta, le encantaba el árbol, las luces, mover las bolas de sitio, pintar dibujos navideños, abrir regalos etc... y su carita de alegría al ver que los regalos eran para él y ver que eran juguetes que le habían gustado en la tienda, ya no tenía precio, y eso que todavía lo mejor estaba por llegar. A partir de entonces empezó a entender que en esas fechas celebramos todos juntos, ponemos el árbol, vemos luces navideñas, decoramos la casa, se disfraza, vienen los reyes magos y papa noel a traer regalitos, hacemos la carta con las cosas que nos pedimos, contamos los días hasta que llegan y todo lo que pasa en torno a la navidad que hace que con los niños sea siempre más especial.
Este año tengo una ilusión enorme, me encanta envolver los regalos que se que luego abrirá, cuento yo los días más que él porque llegue papa noel y luego los reyes. Hemos puesto el árbol juntos, hemos pintado un montón de dibujos navideños y hemos hecho una estrella para poner en lo más alto del árbol. En el cole van a verle los reyes magos, se disfraza, cantan villancicos y tocan la pandereta. En nochevieja intentaré que se coma las uvas con nosotros y después de reyes iremos a montar en su bici nueva y tendré que enseñarle ya que todavía no sabe. Me muero de ganas de ver su cara el 25 y el 6 por la mañana, de ver como abre los regalos, de ver si le gustan y como juega. 
Y es curioso pero no tengo ilusión por mañana y la lotería de navidad, porque se que no me va a tocar nada y jugamos muy poco, mi ilusión ahora mismo es que mi hijo pase las navidades como las pasaba yo de pequeña, con mucha ilusión y mucha alegría, todavía recuerdo cuando me levantaba corriendo a despertar a mi hermana a ver si habían venido ya con los regalos y todavía era noche cerrada, mirábamos y estaba todo lleno de paquetes envueltos, nos poníamos un poco más abrigadas y salíamos corriendo a la terraza (porque nos dejaban a cada una en nuestra ventana lo nuestro) a meter los regalos uno a uno y así luego abrirlos juntas en el salón. Quiero que mi hijo se acuerde siempre de esa ilusión por la navidad que tenemos de pequeños, porque aunque pueda ser por los regalos y suene materialista, es una ilusión enorme de cuando piensas que esos regalos vienen de unos seres mágicos que te los traen sin que tus padres tengan que gastar dinero. 
Los mejores años de navidad empiezan ahora que mi hijo tiene tres años y me transmite toda su emoción, hay que aprovecharlos ya que crecen muy rápido y luego no vuelve a ser lo mismo, aunque todavía me quedan muchos años de disfrutar también con mi niña que cada vez la queda menos para estar con nosotros. 

¡Feliz navidad a todos!

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