sábado, 16 de febrero de 2013

San Valentín lleno de sorpresas

Los que me conocen saben que yo no creo en San Valentín, que me da lo mismo que sea 14 de febrero o 20 de agosto, pero parece que este año me quiere hacer creer en que es un día especial.

El día 14 tuvimos muchas emociones, y todas ellas positivas.

Empezamos el día con una conversación sobre nuestra relación, que últimamente no iba del todo bien, y nos dimos propuestas para encaminarla. Otras veces acabo con la sensación de que ninguno hemos entendido nada y hemos discutido (en el mal sentido) más que otra cosa, pero el otro día acabe con la sensación de que parece que ha comprendido lo que pasa y lo que hay que cambiar. Y espero que así sea.
Luego me regaló una flor y una bolita de pandora para mi pulsera.

Ya por la tarde, estábamos en el salón, Víctor sentado en el sillón, yo sentada en el suelo al lado de la mesita y Alejandro a mi lado. Noa estaba de pie agarrada a la mesa y, partiéndose de risa, se soltó (últimamente lo hace mucho, se suelta y se vuelve a agarrar toda emocionada), pero esta vez dio dos pasitos! Vino hacia mí y ya se tiró encima mía. Casi me muero de amor en ese mismo momento. Me miraba fijamente mientras venía con esa gran sonrisa en la cara como diciendo "mira mamá que voy".
En ese momento miré hacia arriba y Víctor estaba con la misma cara de tonto que tenía yo de la emoción, y Alejandro sonriendo muy contento por el gran paso de su hermana.
Luego estuvimos un rato jugando y Alejandro venía hacía mi andando también (jeje)
Es un momento tan especial y tan único. Dará muchos más pasos en su vida, pero no serán los primeros, no serán igual de mágicos.

Durante la cena Alejandro me estuvo contando cosas y estuvimos hablando y riendo. Parecerá una tontería pero hay días que está como a la defensiva desde que nació su hermana, y me gustaría que dejase de sentirse desplazado y disfrutásemos el tiempo juntos.

Después de esto os podéis imaginar que me acosté con una gran sonrisa en la cara. Me da pena que mi bebe crezca tan rápido, pero me encanta verla crecer y cómo descubre cosas día a día. Al igual que Alejandro, que aunque ya crezca más despacio, no deja de sorprenderme nunca.

Así que querido San Valentín, espero el siguiente 14 de febrero con ganas, ya me dirás que sorpresa me has preparado ;)

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