viernes, 19 de abril de 2013

¡Feliz cumpleaños!

El día de tu cumpleaños fue un día muy ajetreado. Te preparé una decoración en el salón y un regalito para que lo abrieses nada más levantarte. Por la mañana lo abriste con tu hermano y nos fuimos a hacer una tarta a casa de una amiga de mamá. Una tarta preciosa que me hacía mucha ilusión hacer y que salió riquísima. Luego fuimos a casa de la abuelita y soplaste tu primera vela aunque la celebración fuese el fin de semana, era tu día y tenías que soplar :)
El fin de semana celebramos sábado con amigos de tus papás y domingo con la familia (aunque no pudimos estar todos). Y así se me pasó volando la celebración de tu primer añito y no me paré a escribirte nada, y mira que he querido hacerlo.

Pero como nunca es tarde, hoy vengo a escribirte todo lo que sentí ese día, lo que siento, lo que ha significado para mi tu llegada, este último año que has estado con nosotros.

Llegaste un 12 de abril, primavera, por eso eres mi florecilla. Un día precioso para nacer, una fecha preciosa igual que tú.
Me acosté el día 11 sin ningún síntoma de parto, me sentía preparada para recibirte pero sabía que tu elegirías el día perfecto. Me desperté de repente en mitad de la noche, a eso de las 4, algo raro pasaba y no sabía qué. Fui al baño y vi que había echado tapón mucoso, me puse nerviosa, me reía por dentro y me salía una sonrisa por fuera. Ya quedaba menos.
Me volví a la cama pero no podía dormir. Los nervios podían conmigo, en realidad no estaba de parto literalmente, pero algo me decía que me levantase y me fui al salón. Empecé a dar vueltas, lo mismo eran cosas mías pero presentía que llegabas. Me conecté al ordenador para ver si mataba el tiempo, me relajaba y me podía volver a dormir pero empecé a sentir contracciones, aunque no estaba segura de que fuesen realmente contracciones de parto. Entonces pensé que era real, ese sentimiento de que venías era por algo y sentí muchísima emoción. Desperté a tu padre para avisarle de que no me encontraba bien, pero no quería despertar a tu hermano por si era una falsa alarma y le dije que si veía que tenía que ir al hospital, él llevase a Alejandro al colegio y luego viniese con nosotras. Eran las 6 de la mañana, fui otra vez al salón y llamé a la abuelita, estaba tan emocionada pensando que quizás era el día que me puse a llorar sin motivo, ni si quiera sabía que estaba de parto todavía pero entre las hormonas y la emoción no podía parar de llorar. Empecé a anotar contracciones y eran cada 3 minutos, luego cada 2. La abuela me dijo que estaba de parto seguro (yo no me lo terminaba de creer) y que la avisase cuando quería que viniese y la dije que en cuanto pudiese, ella es un gran apoyo para mi.
Llegaron las 7 de la mañana y decidí despertar a tu hermano y a tu papá para irnos. Nos vestimos tranquilamente, fuimos a la panadería a por el desayuno de tu hermano para el cole y al coche para el hospital.
Una vez allí todo fue muy rápido, me vieron llegar tan bien que no se creían que iba a estar de parto y al mirarme se sorprendieron de que ya casi estabas aquí. En un par de empujones llegaste, a las 10:40, toda recubierta de vernix como un quesito, y mira que no me gustan pero a ti te comía a besos. Estabas gordita y me mirabas un poco asustada, pero empezaste a girar la cabecita sacando la lengua buscando teta y enseguida la encontraste y empezaste a mamar. Me sentía tan bien, estaba tan feliz de tenerte...
Desde ese momento has sido el mayor regalo que me ha dado la vida junto con tu hermano. Me siento muy afortunada de tenerte, muy orgullosa de ti y de cómo eres y lo que me has enseñado.
Eres la alegría en persona, te pasas el día sonriendo, todo te hace sonreir y reirte a carcajadas. El día 8 de abril te soltaste a andar, aunque llevas andado agarrada y soltándote cuatro o cinco pasitos desde hace meses. Eres una exploradora! Y eres un bichillo, todo lo quieres coger y tocar, para ti todo es divertido.
Tienes a tu hermano que te quiere muchísimo aunque a veces te haga de rabiar. Para él no es fácil dejar de ser el pequeño y el único. Ha pasado a ser el hermano mayor que tiene que cuidarte y compartir los ratitos con mamá, pero tiene un gran corazón y siempre estará contigo.
No sabes lo que te quiero hija, gracias por escogerme como tu madre, prometo que voy a intentar hacerte feliz siempre aunque pasen cosas feas, y voy a acompañarte siempre que necesites compartir algo sea bueno o malo.
Feliz primer añito princesa! Que cumplas muchos muchos más rodeada de todos nosotros.

jueves, 11 de abril de 2013

Un día para su cumple

Hace un año todavía éramos una, no me imaginaba que en menos de 24 horas estarías sobre mi, que me ibas a poner la vida del revés de nuevo. Me acosté pensando que quedaba mucho para verte y me despertaste a las 4 de la mañana con un pequeño aviso de que faltaba muy poco. Aunque yo no imaginaba que estabas tan tan cerca. Nunca has dejado de sorprenderme.

jueves, 4 de abril de 2013

La necesidad de apoyo

Hoy he estado reflexionando después de leer un artículo sobre el agotamiento de las madres. Muchas veces me pregunto ¿cómo es posible que me sienta más agobiada y sin tiempo ahora que me dedico exclusivamente a mis hijos que cuando además trabajaba y estudiaba?. Antes sentía que me cundía el día, que hacía cosas, que lo hacía bien y servía para algo, y ahora siempre tengo la sensación de hacerlo todo mal, de no dar a basto, de no hacer nada provechoso en 24 horas.

Me repito a mi misma que sí que hago, que estoy criando a mis hijos y que intento que tengan una base sólida para su futuro. Pero soy consciente de que mi casa debería estar mejor de lo que está, y de que por más que lo intento no llego. Y a veces "pierdo el tiempo" porque escribo aquí, en mi facebook, hablo por whatsapp, por teléfono... y estoy en casa, ¡podría estar recogiendo o limpiando! Pero siento que no puedo, que necesito ese ratito de desconexión, que por fín están los dos entretenidos o durmiendo y puedo hacer algo yo sola (o con mi pareja si es el caso) y me siento agotada.

Es difícil ese sentimiento y es totalmente cierto lo que dicen en el artículo, nadie valora lo que hacemos las madres que estamos en casa. He recibido muchos comentarios negativos sobre lo que hago, muchísimos. Si ya de por sí me planteo si realmente lo hago bien, me han puesto muchas losas encima para convencerme de que así es, y de que no me puedo quejar de nada porque estoy en casa con mis hijos y no estoy trabajando. Como si yo fuese una vaga que no quisiese trabajar y una mantenida. Parece que nadie tiene que ayudarte porque trabajar 8 horas de lunes a viernes es mucho más duro que atender a tus hijos y tu casa 24 horas de lunes a domingo. Cuando llegas a un punto que vas en automático.

Ciertamente me da mucha pena que mi niña tuviese que estar sin mí todavía por lo pequeñita que es, pero si he pensado que necesito volver a trabajar, realmente creo que lo necesito. Aunque sean unas horas que me hagan sentirme útil y valorada, sentir que lo mismo la casa no está bien pero no es solo cosa mía (aunque ahora tampoco lo sea) y que realmente he hecho algo provechoso. Me costaría dejarla, pero aprovecharíamos cada segundo juntas.

Encima, para lo único que creo hacer bien, para una cosa a la que realmente me dedico en cuerpo y alma, también se me cuestiona, y también tengo que escuchar que lo estoy haciendo mal continuamente.
Y no quiero que nadie piense que esto va con nombre, que no estoy hablando de nadie en concreto si no de personas en general que con buena intención o con mala a veces te hacen comentarios muy poco acertados. Hablo de la crianza de mis hijos, tema ultradebatido en mi vida porque no sigo lo que sería el pensamiento general en torno a los bebés y niños, y el tener que defenderme constantemente también me agota, porque no quiero. Como dije hace dos post, quiero pasar de todo y hacer oídos sordos, sé lo que hago.

Ya aprovecho para aclarar, sobre ese post, que no pienso que mi pareja se deje influenciar porque sea tonto o algo por el estilo, simplemente todos nos dejamos influenciar a menudo conscientemente o no, y más cuando no tienes una posición clara, y no creo que sea malo esa falta de posición, si no que cuando alguien a quien consideras importante te dice que está segura de que A es lo mejor y otra que consideras igual, te dice que está segurísima de que B es mejor, si tu no sabes realmente cual es, no puedes posicionarte fácilmente. Solo podrías buscar tu propia información, y no todos tenemos esa necesidad.
El resto del post no va por nadie concreto, fue algo que pasó esa misma mañana la que encendió la chispa y me hizo escribir; que sí, que lógicamente hay varias personas que puedan encajar, pero no va por ninguna en concreto, y mi intención nunca fue atacar, aquí escribo lo que siento y pienso, no escribo para ofender.

Dicho esto, continúo.

No me gusta tener que defenderme de lo que hago, no estoy cómoda en esa posición, me gustaría poder decirme "la cocina está sin hacer pero no es solo cosa mía, yo he hecho lo que este día tenía deparado para mí y estoy tranquila". Y que todo el mundo pensase lo mismo y no se me juzgase como si no valiese para nada. Pero la sociedad está muy lejos todavía de todo esto, nos han metido en la cabeza que los hijos están ahí porque tienen que estar y hay que enseñarles desde chiquititos a ser independientes para que su madre, si está en casa, pueda mientras arreglarla, que si nos sale el instinto hay que retenerlo. Pero no nos han dicho el precio de todo esto. Por eso cuando pasas demasiado tiempo atendiendo a tu hijo y descuidas otras cosas te tienes que sentir culpable, no has podido, algo haces mal.

Propongo que cambiemos el chip, apoyemos a esas madres que están en casa al cuidado de sus hijos. Las habrá que realmente pasen de sus hijos y estén dedicándose a sí mismas, pero seguro que en la mayoría de casos sienten, como yo, que necesitan apoyo. Quieren dedicarse a sus hijos y se las juzga como si se pasasen el día haciéndose la manicura y dejando las tareas del hogar para el que trabaja fuera sin hacer ellas nada, por gusto.

Por suerte estoy rodeada de unas mujeres maravillosas con las que compartir todos estos sentimientos cuando salen a flote, y sentirme más comprendida en los peores momentos. Me hacen sentirme fuerte y arrimarme a ese pensamiento de "he hecho lo que he podido ni más ni menos" sin sentirme culpable. Creo que es muy importante cuando la sociedad te da la espalda tener gente que te comprende, aunque lo ideal sería no tener que sentir esa presión pero como ya he dicho, estamos todavía muy lejos de eso...

Dejo el artículo porque me parece muy interesante para leer: https://asociacionitaca.wordpress.com/2010/02/01/el-agotamiento-de-las-madres/


martes, 2 de abril de 2013

Fallé en la teoría

La posición estaba clara, solo que yo no me había dado cuenta.

Harta

Estoy harta de la gente que piensa que tiene derecho a elegir sobre el cuidado de mis hijos por mí o por mi pareja. De gente que no da consejos, impone. Y luego encima eres un desagradecido porque no has seguido sus reglas-consejos al pie de la letra.

Estoy harta de que envenenen a mi pareja haciéndole creer que no sirvo como madre, que todo lo que decido está mal y tiene que imponerse (como si esto fuese un patriarcado); que alguien que le come la cabeza le quiera hacer ver que soy yo la que le manipulo cuando ni si quiera intento convencerle de nada hasta el momento en el que alguien se pone de por medio, porque él confía en mi como madre y todo esto le hace sacar su peor cara por no saber posicionarse.

Harta de que mi relación se tenga que ver afectada por terceras personas. De que yo tenga claro lo que quiero y a quien quiero y me tengan que hacer dudar por no reconocer a la persona que tengo al lado a veces, cuando no habla por él.

Y no quiero estar harta, quiero pasar de todo y lo intento, lo intento millones de veces y paso de comentarios, y paso de tonterías pero sigo sin entender nada.
Aunque tengo una cosa clara: yo he elegido a mi familia y ahí no entran terceras personas ni las voy a dejar entrar. Si un padre cuando pierde la guarda y custodia de sus hijos aún teniendo la patria potestad, no puede decidir en ciertas acciones que corresponden a quien les cuida, alguien que no tiene ni guarda y custodia ni patria potestad no tiene que venir a tocarnos los cojones. Así de claro lo digo, porque ya está bien de tonterías.