sábado, 8 de junio de 2013

Mi pediatra es Dios

Pasa a menudo que cuando se trata de temas relacionados con los niños, en cuanto se menciona "lo ha dicho mi pediatra", se acabó la conversación. Ya no hay nada más que decir porque seguro que tu pediatra sabe exactamente lo que necesita tu hijo mejor que tu en todos los aspectos de su vida, incluso en los que no son temas médicos porque tu hijo está totalmente sano.

La verdad es que yo con mi primer hijo intenté seguir un poquito lo que mi pediatra me decía porque no tenía ni idea de nada, no me sentía preparada en un principio y necesitaba un poco de orientación, aunque no fuese del todo la acertada, pero también recurrí a lo que yo como su madre sentía que necesitaba, de hecho yo dormía con él sin pedirle permiso a nadie, yo decidí no utilizar castigos sin pedirle permiso a nadie, y si dejamos la teta fue más bien por consejos erróneos pero bienintencionados sobre si mi leche alimentaba o no y si necesitaba dormir más o menos (sí, lo sé, cosas sin sentido que cuando piensas que lo tienen te dejas llevar).

Entiendo que cuando la maternidad te viene de golpe y no te has preparado para ello, te tienes que apoyar en alguien y en ese caso parece que nadie mejor que tu pediatra o tu propia madre, pero en la mayoría de los casos no es así, en la mayoría de los casos los padres han decidido tener un hijo, deberían haberse preparado a conciencia para recibirle y criarle, y no dejar todo a la suerte. 
Luego viene el típico "yo voy a hacer lo mejor para mi hijo", pero cuando lo mejor para mi hijo se supone que es lo que ha dicho su pediatra, creo que vamos mal encaminados.

Y ¿porqué pienso esto?
Pues porque creo que primero hay que utilizar el sentido común, nuestro instinto, sus señales... Nadie mejor que sus propios padres si se escuchan sin prejuicios y sin los qué dirán sabe qué necesita ese bebé.
Segundo porque hay tantos mitos alrededor de todo lo relacionado con la crianza que un poquito de información no hace daño a nadie, más bien al revés, y si es información avalada por evidencia científica mucho mejor. Aunque a veces los estudios van por el lado del que quiere estudiarlo y no te puedes fiar de todo lo que lees (para eso volvemos al sentido común). Hay muchísima información que solo hace falta buscarla para crear tu propia opinión, tu propia percepción, pero sabiendo los motivos. 
Tercero porque tu pediatra está ahí para temas médicos, si está enfermo te dirá qué es lo que debes hacer para que mejore, pero no es quien para hablarte por ejemplo de lactancia a no ser que además de pediatra sea asesor/a de lactancia, ni para arreglarle la boca a no ser que sea odontopediatra, ni para decirte si debe dormir contigo o separado, ni para decirte si se acostumbrará a los brazos -que gracia, los mios vinieron acostumbrados de serie- ni para opinar sobre el tipo de educación que le das (y diría que para esto hay educadores que pueden aconsejarte pero ojo con lo anticuados que estamos en España en estos temas). Como mucho podrá opinar o aconsejar como cualquier otra persona con la que hablas, pero mejor que sea si le has preguntado antes y teniendo consciencia de que su opinión/consejo tiene la misma importancia o el mismo valor que el que te pueda dar cualquier otro. Incluso diría que si ese pediatra no ha tenido hijos, menos todavía.
Y cuarto, porque desgraciadamente, muchos pediatras se mueven por las marcas que les van a "hacer visitas", y te recomiendan lo que a ellos les conviene. 

Yo no estoy en contra de los pediatras, ni mucho menos. Mi pediatra es encantadora con mis hijos, y siempre ha respetado todas mis decisiones. Y aunque no lo fuese, es un profesional médico y su trabajo es mejorar la salud de los niños cuando están enfermos. No les tratemos de dar otras funciones que no les corresponden.

Seamos conscientes de nuestra maternidad. No es algo que debamos vivir como cualquier otro cambio sin importancia y dejarnos hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario