miércoles, 26 de junio de 2013

La importancia del apego para el cerebro

Antes de ayer estando en casa de mi madre me puso un documental que la había parecido muy interesante sobre la investigación de la mente de niños y adolescentes en referencia a qué puede motivar que haya asesinos escolares. Qué hace que de repente un niño que parecía normal, aparezca en el colegio con un arma dispuesto a disparar a cualquiera.
Me pareció muy interesante así que voy a escribir sobre lo que anoté.

Lo primero de lo que hablaron fue de la importancia tanto de la genética como del entorno a partes iguales a la hora de configurar el cerebro.
En una investigación en ratas vieron que las crías cuyas madres lamían con frecuencia, eran adultos tranquilos y apacibles, y las crías de madres distantes, tienen después un comportamiento diferente. La reacción ante situaciones de estrés cambia. Las crías de madres poco lamedoras aumentan mucho más la presión arterial y les aumenta mucho más la hormona del estrés-gritan, intentan morderte, son agresivas.
A raíz de esto surge la pregunta de si el entrono supera la genética, y su respuesta es que el comportamiento de la madre influye en los hijos incluso años después de que ésta desaparezca de su vida.

Ven que se activan o desactivan genes diferentes en función del trato que recibían. Cuando la madre lamía y abrazaba a la cría, unas células en el hipocampo, en la parte que ayuda a regular las emociones, activaba un gen que reduce las hormonas del estrés. Pero si no recibía esos cuidados se producía una reacción química en cadena que desactivaba el gen, provocando un importante aumento de las hormonas del estrés, y dichos cambios se mantenían mucho después, durante la vida adulta.

En conclusión: La calidad de los cuidados maternos durante la primera semana de la cría, configura el sistema de reacción hacia el estrés

Otra investigadora, que estudia en humanos, ve que podemos tener bastante en común con los animales sobretodo en la relación padres-hijos y cómo puede influir en la forma de reacción ante el estrés a lo largo de la vida.
Hacen un experimento en el que dejan un bebé rodeado de juguetes, la madre se va, el bebé llora y entra un desconocido por lo que el bebé no se calma; al volver la madre el bebé consigue calmarse enseguida. Pero en las madres que entran en silencio, sin una sonrisa, sin cogerle directamente si no intentado que el niño siga jugando, se ve cómo el bebé se consuela sólo con la alfombra porque la madre no parece querer cogerle y se interacciona en silencio. Así comienzan a verse las carencias del niño para regular su propio estado emocional. Este estudio se ha llevado a cabo durante 30 años.

Se ve que los bebés con más dificultades para calmarse, son más propensos a tener problemas de conducta en el colegio-instituto. Más hostilidad y violencia y doble probabilidades de tener comportamiento antisocial y suicida.

Y todavía hay padres preocupados porque sus hijos se acostumbren a los brazos (que como digo siempre, los niños ya nacen acostumbrados a ellos, los necesitan), será mejor que les dejen hacer las cosas tranquilos y estén calladitos que cubrirles sus necesidades afectivas.

En la infancia y la adolescencia el cerebro es muy sensible a diversas situaciones. No solo los bebés, en la adolescencia tenemos uno de los periodos más sensibles y el estrés puede cambiar esto totalmente. Por lo que pueden cambiar todos los esquemas que hemos intentado "configurar" desde su infancia. Niños que son maltratados en clase, que son rechazados, que no encajan en su entorno...

También habla de adolescentes que han tenido una vida difícil, no entienden qué tiene en mundo que les pueda reportar algún beneficio, no les interesa seguir las reglas del juego y acaban siendo juzgados y condenados. Hay una especie de cárcel-institución mental llamada Mendota que se encarga de hacerles valer, de valorarles y que se valoren, aquí se les motiva. Se hace un seguimiento de todo. Intentan crear un sistema justo donde puedan relacionarse preocupándose por ellos. Con esto se ha disminuido a la mitad  los reincidentes. No pueden volver a su infancia a cambiarles el entorno, pero hacen los posible por cambiarles esos esquemas.

Por otra parte están los niños con enfermedades mentales de los que también habla.

Y destaco la frase del final: Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para influir positivamente en la vida de un niño.

El documental es de la 2, de documentos TV y se titula "La mente de un asesino escolar".

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